El puente entre el dibujo infantil y la escritura: un logro evolutivo de la infancia.

Enfoque

Introducción

La habilidad para el dibujo y la lectoescritura se enmarcan como dos hitos complejos del desarrollo evolutivo. Antonio Machón (Machón, 2009) destaca el papel precursor del dibujo infantil en la escritura, ofreciéndonos pistas a los educadores a la hora de establecer un puente entre ambas capacidades, cuya influencia mutua sigue un desarrollo parejo al de las habilidades motoras, sociales y cognitivas del infante.

En este estudio analizamos el caso de un niño de cuatro años que no sabe leer ni escribir y que se encuentra en la fase de garabateo incontrolado. Mediante el entrenamiento en la copia y el trazado de series de patrones pre-gráficos y cenefas, observamos la evolución en el dominio del trazo y la intencionalidad del mismo, así como cambios en su percepción espacial y la organización de las composiciones en su garabateo. Posteriormente, incorporamos cada vocal asociada a su fonema correspondiente y describimos su evolución hasta ser capaz de dibujar cada grafema reconociendo su nombre o sonido vocálico característico.

Metodología

Mediante el estudio de caso con observación participante, incorporamos la copia de patrones pre-gráficos y cenefas para mejorar la calidad del trazo y pasar de una fase de garabateo incontrolado a una de garabateo controlado. A partir de entonces, siguiendo la cronología del método Micho, introducimos las vocales, atendiendo al orden de complejidad de las mismas, así como al dominio de los elementos gráficos previos necesarios para dibujar su forma. El primer trazo universal cerrado es el círculo. En ese momento introducimos la letra “o”. Posteriormente, introducimos la letra “i”. A partir de entonces, el resto de letras se presentó según el orden de complejidad y distintividad para evitar confusiones como la hibridación de letras, que el niño usa como estrategia aglutinante para reducir las diferencias y generalizar su aprendizaje a signos similares.

Discusión y resultados

El niño fue capaz de aprender a dibujar e identificar las vocales y el proceso se vio impulsado por la adquisición de estrategias mediante la práctica del dibujo. Si bien este proceso no es lineal y hay vocales que resultaron de especial dificultad, como la “e” y de producirse hibridaciones entre la “a” y la “o”, que presentamos en distintas etapas del programa.

Además, el niño era capaz de distinguir los componentes gráficos internos de las letras, como sucedió con la letra “u”, a la que identificaba como dos letras “i” juntas o “de la mano”.

El efecto de la evolución en el dibujo de las vocales produjo un cambio significativo en su garabateo, organizando series de signos circulares o segmentos en el interior de garabatos envolventes de gran estabilidad.

Conclusiones

Tanto el dibujo como la escritura comparten el uso de herramientas comunes y un desarrollo marcado por etapas evolutivas en el que ambas habilidades pueden beneficiarse de los logros en uno y otro dominio, por lo que estimular ambas y ponerlas en relación supone valerse de un proceso natural que implica el salto desde el dibujo a la escritura, que terminará diferenciándose de aquel por su función lingüística.