Cultura de Pensamiento, Arte y TIC: Investigación-Acción para la mejora educativa continua.

Enfoque

Podríamos empezar el presente texto enfatizando la relevancia de la expresión artística en las primeras edades. No obstante, cualquier docente o profesional que desarrolle su labor o haya tenido contacto de forma continua con los más pequeños del sistema educativo, consideraría innecesarias dichas líneas. Resulta, por tanto, una evidencia superada y mostrada ampliamente por la literatura y por la experiencia profesional. Solo basta mirar la expresión que transmite la comunicación no verbal de cada niño y niña al realizar sus primeros trazos sobre un papel, pared u otra superficie y comprobar los efectos de esta acción. El camino efectuado desde hace más de quince años acompañando el desarrollo infantil, implementando Aprendizaje Basado en Proyectos en las etapas de Educación Infantil y Primaria nos ha llevado a considerar el arte como un compañero fiel de viaje.

Al mismo tiempo, desde hace años venimos trabajando la Cultura de Pensamiento en las diferentes etapas del sistema educativo. Creemos firmemente que el pensamiento ha de nutrirse y encontrar un lugar especial en el trabajo cotidiano del aula no sólo por el reto de “aprender a pensar”, sino como paraguas que implica el desarrollo de todas las demás competencias. De igual manera, resulta una vía óptima para preparar al alumnado para sus necesidades tanto a corto-medio plazo como en un futuro más lejano.

A partir de estas premisas, se han implementado una serie de ciclos de Investigación-Acción con el fin de desplegar el potencial de Thinking Based Learning (TBL) desde los niños de 3 años hasta la Educación Superior. En esta ocasión, se presenta la experiencia desarrollada con tres grupos de 2º y 3º nivel de segundo ciclo de Educación Infantil a partir del trabajo sobre el arte y cómo este nos ayuda a visibilizar y potenciar los procesos mentales del alumnado.

La finalidad se ha centrado en sumergir al grupo de alumnos en la unión arte y pensamiento a través de rutinas del pensamiento implementando el concepto de infusión en el proyecto de arte que se desarrolla a lo largo del curso escolar. No podemos dejar de lado, en este binomio, la importancia de las tecnologías, que han acompañado el proceso de enseñanza-aprendizaje, así como el de recogida de datos.

Los resultados de esta experiencia muestran, entre otros aspectos, la eficacia de las rutinas de pensamiento como patrones sencillos cuya dinámica de desarrollo resulta familiar a partir de un número reducido de sesiones. Esta estrategia de pensamiento muestra su gran potencial a partir de la facilidad para infusionarse con el currículo. Igualmente, se ha renovado la constatación del arte, en líneas generales, como centro de interés sin caducidad.